martes, 3 de noviembre de 2009

EN BUSCA DEL SISTEMA PERDIDO

Érase una vez un equipo que gastó mucho dinero para recuperar el nombre perdido en Europa. Un equipo con los mejores cromos del balompié continental y al que, tras los dos primeros meses de competición, sólo le llovían criticas por su falta de idea futbolística y por un mal día ante un equipo infinitamente menor. Por aquel entonces todo el mundo hablaba de si tenía que jugar este o el otro, o si el entrenador no estaba a la altura del club, pero sobretodo, hablaban de cómo debía jugar el equipo.

¿Y cómo debe jugar?, he aquí diferentes versiones. Primeramente, y según un gran amigo, el ‘Floren-team’ debería jugar con el sistema de moda, impuesto por el Barcelona, con un destructor, un creador, un mago y tres matadores arriba. Este sistema resultaba muy atractivo puesto que le había dado los mejores resultados de la historia al equipo rival. Pero, ¿quién sería el mago?, Guti o Cesc (uy perdón pero este último aún no ha llegado).

Para otros, como un tal Pellegrini, el equipo debía jugar a su aire, sólo tendría que preocuparse en poner a sus mejores hombres, que hubiera movilidad y que entre ellos le sacasen de los problemas, ganando con una inigualable pegada los partidos. Pero, quién se movería en ese equipo; ¿Kaka’? escondido en la media punta, ¿Cristiano? tirando de potencia por alguna de las bandas, ¿o Benzema? más preocupado en encontrarse que en otra cosa. Mal veo este sistema.

Entre los dos sistemas, toda persona con dos dedos de frente se quedaría con el primero, pero no veo al Real Madrid imitando con garantías el sistema de otro equipo. Sin embargo, sí podría imitar el de un equipo que, años atrás y con la misma camiseta, logró reinar durante un lustro en toda Europa. El ingeniero podría jugar con dos medios centros que creasen, CR9 haciendo de Figo por la derecha, Kaka’ haciendo de un tal Zidane en la izquierda y Benzema e Higuaín arriba (que parece que se compenetran y por lo menos el segundo se mueve). Muchos dirán que ese Madrid de los ‘galácticos se hundió’ pero durante los años que duró su hegemonía, los aficionados salían del campo con una sonrisa.

Por desgracia, el sistema galáctico tampoco creo que funcione, porque ni Arbeloa es Roberto Carlos, ni Sergio Ramos es ya Sergio Ramos. Con lo cual, el señor Pellegrini terminará saliéndose con la suya, no siendo despedido y ganando infinidad de partidos, y quizá algún título gracias a su sistema de ‘libre albedrío’ y el rendimiento de los 218 millones de euros invertidos por su presidente, los cuales, tras dos meses y algunos resultados, parecen desgraciadamente insuficientes.

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lunes, 2 de noviembre de 2009

JOSÉ Mª GUTIÉRREZ 'GUTI'

Se nos vienen a la cabeza muchas cosas cuando escuchamos el nombre de 'Guti'; unas buenas, otras malas y algunas peores. Desgraciadamente, las malas suelen superar al resto y como siempre, son noticia. Las dos últimas perlas, su mediática discusión con Pellegrini y la 'peineta' que dedicó a la afición del Alcorcón en Copa del Rey, han copado las portadas de los tabloides deportivos durante toda la semana, y tiene visos de no parar a corto plazo.

La verdad es que ser Guti no es fácil. En cualquier estadio que visita el Madrid nunca falta el recadito al 'catorce' a modo de cántico y música de viento. Aun así, él lo lleva con una actitud tan natural que en ocasiones resulta chulesca y eso, no entiendo por qué, molesta. Molesta que proteste, que de patadas, que se gane tarjetas tontas, que suelte una gran rajada o que provoque a la afición rival; sin embargo cuando aparece el genio que lleva dentro para desatascar algún partido, todos le ensalzan, alaban y nadie se queja. Cuando se habla de Guti, todo se magnifica, para bien o para mal.

Ahora resulta que Pellegrini lo ha castigado, algo que ‘parece’ dejar claro que hubo más que palabras en el descanso del fatídico partido de copa. Es cierto que el respeto al entrenador es la máxima para cualquier jugador de fútbol, pero mi pregunta es, ¿en qué equipo no hay este tipo de discusiones en caliente? Igual la discusión se produce con otro jugador y no sale nada del vestuario, pero claro, el amigo Guti vende.

Nadie se ha parado a pensar que el segundo capitán blanco es de los pocos jugadores de la plantilla que siente de verdad lo que significa jugar con esa camiseta, y con episodios como el vivido en Alcorcón, explota frustrado por la apatía de algunos de sus compañeros, por la falta de idea futbolística de su míster (cuyo intento de mano dura no cuela) o por no encontrarse en el mejor momento de su carrera. Estas frustraciones le han traído de cabeza durante toda su carrera profesional pero siempre ha conseguido levantarse y ha terminado saliendo aplaudido de su estadio y ensalzado por la prensa, callando así muchas bocas. Guti es Guti, lo ha sido y lo será ‘sólo’ hasta que él quiera.

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