Hablar de rachas es hablar del Sporting y del Málaga. Los asturianos comienzan a cogerle el pulso a la categoría y lograron su tercera victoria consecutiva de una manera arrolladora. Liderados por Barral, que busca hacerse un hueco en la zona medio-alta de los delanteros nacionales, asestaron tres golpes letales (y pudieron ser más) a un Depor que parece haber perdido el norte y cuya permanencia en primera división podría ser una muy dura misión.
El Málaga por su parte, duerme en puestos UEFA tras la lección de organización y colocación que regaló su entrenador, Antonio Tapia a los aficionados que volvieron a llenar el Pizjuán. El Sevilla se vio sin ideas para continuar el magnífico estado de forma del que gozan y fue incapaz de superar el fastuoso orden de los malagueños que respiran más tranquilamente tras su dubitativo arranque de liga.
A día de hoy el mejor fútbol de Europa lo realiza el F.C. Barcelona; no el típico “jogo bonito” sino una contundencia espectacular que no entiende de rivales, ya tengan más o menos prestigio. Sporting, Atlético, Basilea y Almería, entre otros, han sido víctimas del rodillo azulgrana y gran culpa de todo esto la tiene su míster Josep Guardiola que ha sabido resucitar a un equipo casi sin ambición. Su principal descarte, Eto’o, es pichichi; Iniesta y Xavi están estratosféricos y Messi sigue siendo Messi por lo que no es de extrañar que el Almería también sufriera los efectos del ciclón Barça y recibir casi sin querer una manita en sólo treinta y cinco minutos.
Una manita es lo que necesita el Madrid, que va camino de convertirse en el nuevo “pupas” por los arbitrajes que recibe. “Pita tú” le proponía un irritado Joaquín Caparrós a Schuster durante el Madrid-Athletic por sus continuas quejas hacia el colegiado. Álvarez Izquierdo volvió a recordar a aquel que en su día desquiciara al técnico alemán en un partido contra el Sevilla y su arbitraje fue de todo menos eso; pitó un penalti inexistente, anuló un gol legal a los blancos y sólo se preocupó en ser el único protagonista del partido. Todo esto condicionó de sobremanera un partido que se llevaron los madridistas y que pecan en muchas ocasiones de falta de identidad futbolística aunque luego tengan jugadores como Sneijder e Higuaín para salir del atolladero.
lunes, 27 de octubre de 2008
RACHAS, FÚTBOL Y ÁRBITROS
sábado, 25 de octubre de 2008
AÑORANZA GALÁCTICA
Hace no mucho tiempo y en una galaxia muy cercana (Madrid), el mundo del fútbol disfrutaba de un equipo diferente. Era un grupo de profesionales ostentoso, soberbio y prepotente pero podía presumir de ello porque era el Real Madrid.
"La fuerza" irradiaba entre sus jugadores que, instruídos por Obi Wan Del Bosque, disfrutaban conquistando cada uno de los estadios que visitaban y gozaban de una solvencia desmedida que mantenía feliz a su exig
ente afición.
El gran culpable de crear esta alianza fue el maestro Florentino; un hombre con la serenidad suficiente para atraer a todo aquel futbolista que se propusiese o los aficionados le demandasen, ayudandose de sus grandes armas: el talonario y la grandeza del club blanco. Figo, Zidane, Ronaldo y Beckham fueron seducidos por el lado blanco del balompié y, unidos a otros jedi como Roberto Carlos, Casillas o Raul Skywalker formaron el Madrid "galáctico".
Pasó el tiempo y esta generación se cansó de ganar; ya lo habían conseguido todo y además, el imperio de la prensa dudaba en demasía de ellos por lo que decidieron separarse y el club merengue se adentró en una constante reconstrucción.
Hace tres años apareció un nuevo jedi, Ramón Calderón, para hacer olvidar al maestro Florentino. El flamante presidente gozaba de una facilidad pasmosa para prometer la venida de fichajes a la galaxia blanca pero estos, de una forma u otra, no llegaban. Al nuevo maestro de "la fuerza" le perdían las excelentes relaciones con el resto de equipos por lo que al Real llegaban padawans con mucho futuro pero sin contrastar, y en este universo futbolístico se vive del presente.
El maestro Florentino siempre recordaba el señorío del Madrid pero éste no se consigue sólo con ser amigo de todos sino demostrando el poder del que se goza y, en los tiempos que corren, el dinero es el mayor aval de éxito. A los blancos les falta ejercer el "señorío económico" para volver a asomar la cabeza por la galaxia internacional y conseguir el trono europeo que tanto añoran los devotos madridistas.